Visión Artística
Hacer arte es una manera para reafirmar nuestra humanidad, los sentimientos y pensamientos profundos que nos convierten en quienes somos. Las guerras, las epidemias y mi propio envejecimiento traen pensamientos de la mortalidad. Para mí la respuesta es decir “sí” a la vida a pesar de reconocer su fragilidad. Por medio del color y movimiento mis pinturas reflejan su alegría, por medio del color y quietud meditan en su finalidad.
Creo arte mediante un proceso de llamar y responder, poniendo una marca de color sobre el lienzo y reaccionando a ella. Cada trazo se llama el próximo en que la pintura muestra el camino, me habla. Este acto de descubrimiento es similar a como nuestras vidas se desarrollan, un paso conduce al próximo.
El jardín es mi musa; tiene un significado especial para mí. Cuando fui una niña hubo magia y alegría en el jardín de mi padre cuando sentí la suavidad de un brote del árbol de sauce (“Pussy willow”) o disfruté la fragancia de un lilio del valle. Fue mi jardín del Edén. Las flores continúan siendo compañeras de la vida, metáforas para el ciclo de vida.
Mi dos proyectos actuales están inspirados por el país de México. Uno se llama precisamente asi, “Mexico”, reflejando mi respuesta personal a un país lleno de la belleza a pesar de las dificultades y violencia. El otro, “al menos flores, al menos cantos”, está inspirado por un poema náhuatl del siglo 15 que encontré inscrito encima de un portal en el Museo Nacional de Antropología e Historia. El poema desde hace muchos anos ha estado en mi pensamiento. Sus palabras suenan bien aún hoy en día meditando sobre la mortalidad, encontrando consuelo con las flores y los cantos.
También encuentro la tranquilidad en la belleza de las flores y cantos. Las flores moradas de la Jacaranda afuera de mi ventana, el rojo profundo de una manzana en mi mano, las “sinfonías” de Kandinsky, la intensidad del color de Rothko, un violín sublime, la poesía en las palabras. Abrazo la Vida.